metamodelo Fundamentals Explained

Las definiciones de disaster que hemos puesto como ejemplo hablan generalmente de ruptura, de negatividad, como elementos definitorios de la situación de disaster. Sin embargo, otros autores como Aguilera (1982), Thompson (1991), Payne (1998) dibujan en sus definiciones de disaster y una dimensión positiva de la disaster, presentando ésta como si se tratara de los caracteres chinos WEI CHI, que representan la crisis del mundo. Estos caracteres indican la presencia de «peligro» y «oportunidad» al mismo tiempo y literalmente significan la posibilidad de crecimiento e ímpetu para el cambio. Aguilera y Messick (1982) van más allá señalando que la disaster puede ser vista como un punto decisivo para la vida de las personas. Entienden que los momentos de crisis son una oportunidad, sobre todo porque los individuos son más receptivos a una influencia terapéutica, a una influencia de ayuda. Y este aspecto, el de la disaster como oportunidad, es un aspecto essential que ha sido utilizado y adaptado por la intervención del Trabajo Social. La disaster da a la persona una oportunidad para buscar nuevas habilidades, para hacer frente a las demandas que le plantea la vida. Reconociendo la disaster como un punto decisivo, el primer objetivo de la intervención desde el trabajo social se concentra en minimizar los impactos negativos de la misma y, por el contrario, maximizar las potencialidades que posee este momento (Thompson, 1991: 28). Por su parte, O’Hagan advierte en su concepción de disaster otra dimensión interesante para el Trabajo Social como es la de la subjetividad. Señala que un conjunto de circunstancias o condiciones que constituyen una crisis para

En este marco de acción y reflexión damos paso a la presentación de los modelos de Trabajo Social, que a nuestro modo de ver pueden suponer un avance en la búsqueda del Trabajo Social por optimizar estilos y formas de hacer Trabajo Social, y que tengan además un vehicleácter integrador. Los propios trabajadores sociales manifiestan en algunas publicaciones la necesidad de tener una especie de «crimson» que les dé seguridad en el sentido de que el camino por el que discurra la intervención del Trabajo Social esté trazado correctamente y conduzca a la obtención de buenos resultados. Un ejemplo de ello es el artículo que Navarro escribía en la Revista de Servicios Sociales y Política Social, donde manifestaba que la naturaleza del Trabajo Social y las exigencias de dotar a éste de unas cuotas aceptables de calidad «nos obligan a huir de recetarios y de improvisaciones y a fundamentar nuestro quehacer en esquemas teórico-prácticos capaces de cumplir una función de guía, pero que a la vez deben estar provistos de suficiente flexibilidad para dejar así espacio a ese elemento imprevisto y en ocasiones sorprendente que descansa en todo aquello que es humano» (Navarro, 1997: 52). Este mismo pensamiento es expresado por diversos autores de referencia como son Payne y Du Ranquet. Payne (1995) señala la urgente necesidad de que los futuros trabajadores sociales tengan claridad sobre las Thoughts teóricas que conforman el Trabajo Social, puesto que estas Suggestions constituyen un pilar importante para la comprensión de lo que hacen los trabajadores sociales y para el desarrollo de su identidad como tales.

La apreciación de la heterogeneidad y multidimensionalidad de estas perspectivas conceptuales debe de ser algo estimulante para todo trabajador social.

responder a este sentimiento de forma apropiada a la situación unique. De esta manera el cliente puede sentirse liberado, puede superar sentimientos que le impedían hasta entonces ponerse en marcha (Smalley, 1970: 100). El objetivo last en esta fase es encontrar una foundation común para el trabajador social y para el cliente para trabajar juntos en torno a un objetivo común. La fase intermedia es aquella en la que el trabajador social debe tratar que el cliente vaya asumiendo una participación mayor, una mayor responsabilidad dentro del proyecto común. En esta fase se generate una profundización en la relación entre cliente y trabajador social como producto de la profesionalidad del trabajador social, el respeto por la integridad del otro en la relación y la ayuda competente. Du Ranquet señala que esta fase tiene sus propias características, entre las que destaca el hecho de «que todos los trabajadores sociales de la escuela funcional han experimentado la sensación de cansancio y de baja repentina, que sigue a la excitación de un buen comienzo y que precede al hecho de estar dispuesto a terminar y a volar con sus propias alas» (Du Ranquet, 1996: 111). Lo que se pretende en esta fase es una mayor implicación del cliente en su proceso de conocimiento de la institución, del problema y de las acciones necesarias para producir el cambio. El trabajador social tiene la ocasión en esta fase de evaluar el potencial del que dispone el cliente para continuar con el compromiso y evolucionar hacia un funcionamiento más independiente.

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g) El trabajador social no es un activista, sino que debe de actuar y reflexionar con los individuos con quienes trabaja para concientizarse, junto con ellos, de las verdaderas dificultades de su sociedad.

Yet another technique, "reframing" features by means of "transforming the best way you understand an celebration and so changing the that means. If the that means changes, responses and behaviors may also transform. Reframing with language allows you to see the planet in a unique way and this variations the this means. Reframing is The idea of jokes, myths, legends, fairy tales and many Inventive ways of thinking."[22] You will discover illustrations in children's literature; for example, the fictional Pollyanna would Participate in The Glad Sport Any time she felt down about lifestyle, to remind herself of the things which she could do, and never worry about the items she couldn't.

c) Se pone en marcha la secuencia de desarrollo de tareas. Para su desarrollo este método propone la recogida por escrito de las tareas y de los acuerdos tomados, con el fin de que sea una herramienta que permita clarificar las tareas, además de convertirse en una especie de «memoria» para cliente y trabajador social, durante el período existente entre sesiones en el que las tareas deben de llevarse a efecto. El proceso de cumplimentación de tareas se diseña para conseguir cambios significativos a la vez que para convertirse en un modo de «aprender haciendo». Mediante la comprensión de las tareas, clientes y trabajadores sociales pueden ver cómo los obstáculos se superan al mismo tiempo que se aprenden nuevas estrategias para vencerlos. Si las tareas no se completan, las razones que han impedido su realización deben ser consideradas. La tarea puede ser incorrecta o puede que haya obstáculos insalvables, en cuyo caso las intervenciones a llevar a cabo serán diferentes. Para ello, Doel y Marsh (1991) proponen que la revisión de las tareas se convierta en un elemento importante. De tal forma que, tras la sesión inicial, las sesiones comenzarán con una revisión de las tareas realizadas desde la última sesión. Esta revisión es important para observar el progreso, reforzar el aprendizaje y analizar los obstáculos existentes para la solución de problemas. La introducción de este issue influye en que la secuencia de desarrollo de tareas sea la siguiente (véase el gráfico).

reducir la intensidad de los sentimientos y para recanalizar las energías emocionales. El cuarto grupo de procedimientos se refiere a las comunicaciones destinadas a impulsar la reflexión en el cliente sobre la situación en la que se encuentra. El Trabajo Social psicosocial pone especial énfasis en la necesidad de que el cliente considere reflexivamente su situación y su funcionamiento dentro de ella. Al igual que ocurre con las técnicas expuestas sobre el apoyo y la orientación, las técnicas de reflexión se encuentran dirigidas a reducir la ansiedad, el aumento de la autoestima y de la confianza del cliente, si bien para conseguirlo utilizan medios diferentes. Para ello se utilizan varios procedimientos: a) Percepción y entendimiento de los otros. El pensamiento que el cliente tiene sobre la situación en la que se encuentra es una forma de reflexión que pudiéramos denominar extrarreflexión. A menudo las personas tienen una visión parcial y distorsionada de la realidad que tienen delante, debido sobre todo a que ven y oyen aquello que quieren ver y oír o también como consecuencia de que sus sentimientos les conducen a ignorar aspectos importantes de la situación. En otras ocasiones el cliente tiene la dificultad de poder ponerse en el lado de los otros, para poder comprender sus sentimientos y el significado de sus conductas. El trabajador social puede ofrecer conocimientos y ejercicios mediante los cuales mejore la percepción e interpretación para poder provocar un cambio en el cliente.

— El program de Trabajo Social y los objetivos, objetivos internos y marco temporal, así como programas y procedimientos para hacer un seguimiento del progreso hacia la consecución de los objetivos del cliente. — Datos sobre el envío o remisión a otras agencias o recursos, incluyendo el seguimiento y el comments procedente de estas agencias o servicios externos. — Los costes del plan de intervención. — La razón de la finalización de los servicios. La recogida y la documentación de los datos referentes al programa pueden incluir así mismo datos sobre los servicios necesitados por los clientes y la disponibilidad y accesibilidad de los mismos. La recogida de datos sobre el caso y su mantenimiento actualizado protege al trabajador social gestor de casos de potenciales problemas legales, al mismo tiempo que le sirve de fundamento para el program de actuación. El grado en que estas tareas afectan al sistema se encuentra directamente relacionado con la autoridad formal que posea el gestor de casos en el mismo. seven. El trabajador social gestor de casos debe ser conocedor de la disponibilidad de recursos, costes del servicio y parámetros presupuestarios, así como ser responsable fiscalmente de llevar a cabo todas las funciones y actividades de la gestión de casos. El nivel de autoridad y de responsabilidad en

De aquí que el rol del terapeuta sea activo: no sea el de un oyente activo, sino un facilitador que participa en la conversación con la intención de crear un entorno nuevo, lleno de seguridad, donde el cliente pueda expresarse con plenitud y encontrarse con todo su potencial.

Perlman, más que en la «voluntad» del cliente, como nos habla el modelo funcional, pone el acento en la «aplicación» del cliente. Perlman entiende la aplicación del cliente como una expresión de la combinación de motivación y disposición que capacita al individuo para asociarse con mayor o menor esfuerzo y eficacia con las personas y medios con el objetivo de resolver su problema. Se refiere «exclusivamente a la relación dinámica que se establece en un momento dado entre el cliente, su problema y la agencia, significando a la vez “capacidad para trabajar” y “receptividad” ante la influencia terapéutica». El modelo se fundamenta en centrar la atención en el problema de las personas más que en las personas en sí. Perlman señala que «el núcleo de la situación que estamos considerando consiste en lo siguiente: una persona que tiene un problema acude metamodelo a determinado lugar, en donde un profesional encargado de esta tarea le atiende y procura ayudarle mediante un determinado proceso» (Perlman, 1980: eighteen). Las bases teóricas en las que se fundamenta este modelo siguen siendo las psicodinámicas, freudianas, ya que era el enfoque reinante y más aceptado en aquel momento. Según Abrahms, su trabajo difiere de los convencionalismos del Trabajo Social centrado en el diagnóstico porque propugna el tratamiento de los problemas presentes del cliente social, más que del estudio y tratamiento de experiencias preliminares, así como en las dificultades que el cliente encuentra en el entorno (Abrahms, 1983, citado en Payne, 1995).

Berne, en la misma línea de este pensamiento, señalaba que cuando nacemos, «todos nacemos príncipes y princesas». Posteriormente, es con la relación con los demás cuando el ser humano se autolimita y se autoconvierte en «sapo o en rana encantada». Otro postulado importante que podemos encontrar en la filosofía del análisis transaccional es el referido a la posibilidad de desarrollo del potencial humano. El análisis transaccional considera que todos poseemos un potencial humano que si bien se encuentra determinado por diversos condicionamientos como pueden ser las características genéticas o el origen y procedencia social, se trata de un potencial que podemos desarrollar. Las limitaciones externas al desarrollo de nuestro potencial humano y sobre todo las limitaciones internas decididas tempranamente producen la infelicidad, la autolimitación de las habilidades personales para resolver problemas y enfrentarnos a la vida y, en definitiva, la patología. De modo que el análisis transaccional considera que el ser humano es responsable de su vida y que es capaz de decidir lo que es bueno para él. Unido y relacionado a ello, encontramos otro principio básico del análisis transaccional que es la creencia de que todo ser humano es capaz de cambiar en favor de la autonomía y que posee los recursos necesarios para hacerlo.

naturaleza de su relación. Involuntariamente, el trabajador social tiende a encajar las situaciones de los clientes en sus teorías. Como resultado, se da un proceso selectivo de escuchar en las comunicaciones que efectúa el cliente sólo aquellos elementos que confirman las posiciones teóricas, filosóficas o ideológicas, dejando pasar aquellos otros elementos que no encajan en ellas. Así, puede darse el caso de que los clientes pueden esperar que el trabajador social les ayude con sus problemas cotidianos, mientras que el trabajador social intenta descubrir la principal causa de los problemas; es decir, los clientes desean ayuda en los asuntos situacionales, mientras que el trabajador social se centra en los temas de personalidad. Este diferente enfoque crea sensación de frustración y de fracaso en ambas partes. En lo que a la metodología se refiere, el modelo propone algunas cuestiones novedosas que se pueden agrupar en torno a dos: los principios metodológicos y los modos de acción. Algunos de los principios metodológicos más importantes que incorpora el Trabajo Social sistémico a la práctica profesional son: a) El principio de la mediación. El principio metodológico de la mediación significa que el trabajador social adopta en el contexto del problema una posición «intermedia» entre las personas implicadas y se esfuerza por mantener esta posición durante todo el proceso de intervención.

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